Juan y sus tocayos atacan Parte I -CONTINUARA-:

Es la maldición de los juanes chavaaaal. NO hay forma lógica que toda la población de seres humanos llamados "JUAN" se vincule conmigo sentimentalmente, y si no es Juan es justo (que en este caso lo considerariamos un derivado). para mi que la sociedad los separo especialmente para mi, o es la magnetitis de la propaganda de los topline sprite zero, si si, seguro que es eso.

Básicamente aparecen para salvarme la vida -o simplemente de un día de pésimo humor- pero a la  larga me la terminan cagando, y bueno; así es la vida del pobre obrero (?.

sucede ser que hoy entrando al gimnasio aparece un zarpado "back in black" a TODO volumen -y cuando digo todo me refiero a que se sentía ese chirrido de saturación cuando pasabas al lado del parlante-. Una joda terrible ahí un rosarino canalla bailando strip-tease a pleno, mujeres viejas con calzas apretadas y celulitis le hacían la hinchada y el profesor descontroooool total, por lo visto el cambio de mi turno desvirtuó totalmente lo que era mi impresión del gimnasio. bueno, cuando las cosas se calman, después de 7 meses de ir al gimnasio y haberme cansado de ver mamertos y socialmente denominados "bagayos" subo al elíptico y localizo con mi muy efectivo radar ocular a un espécimen que pareciera ser perteneciente a esos que se catalogan como "en peligro de extinción". lo observo con detenimiento, haciendome la bólida importante, y noto que tiene la característica física que me causa debilidad, la clásica jeta torcida y una quijada prominentemente pronunciada. bueno, sigo con mi vida, intentando que mi ausentismo de dos meses no se note en mi cara, y de repente empiezan a hablar con las viejas celuliticas, y le dicen "CHE JUAN, LA FIESTA DEL GIMNASIO ES EL 4 DE DICIEMBRE", en ese momento yo creo que la cara se me debe haber desfigurado notablemente, aunque instantáneamente trate de disimularlo. me hubiera dado con el palo del dorsal en la cabeza TRANQUILAMENTE EHH. y bueno, seguí con mi "rutina" -o lo poco que quedaba de la pobre, ya que tuve que adaptarla a mi capacidad física- y este fue mi humilde relato de como OTRA VEZ un Juan aparece para convertirse en el nuevo punto de atracción que ahora me hará obsesionarme con ir al gimnasio -por suerte mal no me viene- y que por la imposibilidad de nuestra relación amorosa -por la diferencia de edad ehh, no por la falta de interés del susodicho, NO eso jamas- va a terminar por derivarme en otro Juan -o algún suceso sorpresivo con el gordinflón sexual justo- que me salvara otra vez del ahogamiento en un vaso de agua TAN característico en mi personalidad.